BASTA DE PAGAR PARA TOCAR. ¿POR DÓNDE EMPEZAMOS?

Las bandas de lo que denominamos “under” estamos asistiendo a un proceso de concientización sobre lo que significa nuestra actividad. El hecho de plantarse y decir “basta, no pagamos más para tocar”, no es un capricho ni una decisión infundamentada de una junta de chicos locos que se quieren hacer los músicos.

El primer error de todo esto reside, justamente, en la definición de lo que llamamos under.
Ser “del under” o ser “una banda under” no significa (o no tendría porque significar) baja calidad o no-profesionalismo. Under es alternativo, independiente, fuera del circuito, no malo.
Una banda under es muy difícil que sea mala. El que existan bandas que, escudándose en el circuito alternativo, sean realmente malas no significa que lo sean músicos del under o mismo que estas bandas sean músicos del under. Subirse a un escenario o tocar una guitarra y tener una “bandita de amigos” no significa ser músico.
Ser músico es, antes que nada una profesión, y por tanto, significa dedicación, esmero y rigor profesional. Una banda que cumpla con estos requisitos es muy difícil que suene mal.
Lógicamente que siempre habrá matices, habrá algunos mejores que otros, más originales, más talentosos, más virtuosos y demás etcéteras que harán que una sobresalga entre el montón, pero será dificultoso que una de estas bandas sea para decirle “que se bajen del escenario”.

Va a haber, como en todo, los que recién empiezan, con sus errores y sus aciertos, los que tienen mayor experiencia y los consagrados dentro del circuito. Pero a todos los une la misma dedicación, esmero y pasión por lo que hacen.

Ensayar tres veces por semana, practicar todos los días, estudiar (y en muchos, en músicos de carrera, con rigor universitario), resignar bienes materiales y romperse el lomo laburando para tener un instrumento de calidad son cosas que hacen y caracterizan a las bandas del under. Además, cuando vamos a una casa de música no hay precios especiales del under, ahí sí somos todos iguales y bien sabido es que un instrumento decente para poder tocar no baja de los $ 2.000 (ni que hablar de querer comprarte tu propio sonido, toda una utopía para una banda que da sus primeros pasos).

Y por otro lado, el pretender sonar en un ensayo como un disco es muy propio del músico del under y ese esmero y esa exigencia y ese rigor profesional que se auto imponen los músicos es lo que habilita a poder decir que una banda del under es muy difícil que suene mal.

Y ahí reside la primera diferencia y el primer error en el concepto de under. No todo es under. Por nuestro propio bien y para darle valor a lo que hacemos es que tenemos que empezar a dejar clara esta diferencia. Under no es no-profesional, amateur y malo. Under es alternativo.

Mal que nos pese, un grupo de pibes que con dos ensayos y todos covers se sube a un escenario para que los aplaudan los amigos no son under. Pero bajo esa denominación nos meten a todos en la misma bolsa y ahí empiezan las avivadas.

Las avivadas de un tipo que te quiere cobrar para tocar. Y que cada día quiere cobrar más. Empezó siendo un porcentaje de las entradas (algo que pueden hasta aceptarse), después $50, $100 y hoy cualquier bar se da el lujo de alquilarte un escenario de 2x2 a $400 cuando ni siquiera tienen una habilitación o medidas de seguridad mínimas.

Y en este punto también es necesario hacer una aclaración, cuando estamos en los días previos a que comience el juicio oral por la tragedia de Cromagnón. Aquel que quiera lucrar con el negocio de la noche y del rock, debe hacerse responsable de los perjuicios que ello pueda ocasionarle.

Para hacer honor a la verdad debemos decir que, en las condiciones en las que una banda toca hoy, cualquier cosa que nos pase, hablando lisa y llanamente, “estamos todos hasta las manos”, como le paso a Callejeros, que, nos guste o no aceptarlo, fueron coproductores del show como lo somos todos bajo del tipo de “pseudo-contrato” en el que se realizan las fechas del under hoy día.

Por eso es que es necesario que nos agrupemos y nos defendamos, no solo para dejar de pagar para tocar, sino para protegernos de cosas como estas, que te cagan de una y para siempre la vida y que, como paso en Cromagnón puede pasar en cualquier bar de mala muerte, ya que ninguno cumple con las medidas necesarias de seguridad.

Tenemos que fortalecer instituciones como la UMI, que más allá de las críticas, fundamentadas o no, es una herramienta para que los músicos (grandes, chicos, con o sin experiencia) todos juntos, tengamos más fuerza para exigir cosas que mejoren las perspectivas de nuestra actividad.

Por que también mejorando las condiciones del circuito va a mejorar la calidad, porque cuantos más músicos puedan dedicarse íntegramente a su actividad, la música, mejor será el nivel de nuestra música que, lamentablemente, últimamente deja mucho que desear.

Empecemos por ahí, dejando bien en claro que under no es berreta.

Under es alternativo pero no boludo.

De Monos
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